lunes, 26 de febrero de 2018

Excursión X129: Canto Cochino - Cerro Ortigoso

FICHA TÉCNICA
Inicio: Canto Cochino. La Pedriza

Final: Canto Cochino. La Pedriza
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 15,2 Km 
Desnivel [+]: 914 m 
Desnivel [--]: 914 m 
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 8

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL

* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Unir recorridos por la Pedriza y la Sierra de los Porrones es sinónimo de garantizar excelentes vistas de ambas, amén de pasar una jornada inolvidable. Y eso es lo que hicimos en esta espléndida mañana de lunes, en la que nos encaminamos a Canto Cochino para aprovechar este soleado día.

Desde Canto Cochino ascendimos, en dirección noroeste por la senda que transita por la loma de las Casiruelas, sorprendiéndonos enseguida un tramo en el que había una gran cantidad de enormes pinos "tronchados" que encontramos a nuestro paso, al parecer afectados por el Tomicus Destruens, un escarabajo que se alimenta y desarrolla en el tronco de los árboles,debilitando sus troncos.

El sendero culebrea entre jaras, arizónicas, pinos de repoblación y un par de arroyos secos, alcanzando a los 2,5 Km del inicio la fuente de las Casiruelas, que en contra de lo habitual, se alza encima de unas rocas y cuya pila tenía el agua congelada.

A pocos metros de la fuente, cruzamos la pista forestal que viene de Canto Cochino y que circunda, tras incontables revueltas, la Umbría de la Garganta hasta regresar de nuevo a Canto Cochino. Junto a ella se encuentra el Mirador de la Pedriza, que como su nombre indica tiene unas excelentes vistas de ella. Un panel informativo pone nombre a cada uno de los riscos y collados que desde él se contemplan.

Continuamos por una bonita senda con muchas zetas que suavizan los casi 300 metros de desnivel en poco más de un kilómetro del ascenso por la Umbría de la Garganta hasta alcanzar el PR-M16, previo cruce de la pista dos veces más, momentos en los que aprovechamos para reagruparnos y recuperar fuerzas.

Al poco de seguir el mencionado PR, lo abandonamos para subir campo a través unos 100 metros hasta alcanzar la Cuerda de los Porrones.

Fue justo donde se encuentra el Cancho Mágico, en plena divisoria de la sierra de los Porrones, como también se la conoce, donde es mucho Guadarrama el que se contempla a la redonda: las cimas de Cuerda Larga, la Pedriza, el embalse de Santillana y los pueblos de El Boalo, Cerceda y Mataelpino acurrucados en la ladera de la Maliciosa.

Llevamos 6 Km recorridos, y con tan estupendas vistas continuamos por la Cuerda en dirección noroeste, bordeando el Cancho Porrón y el collado del mismo nombre, poco antes de enlazar de nuevo con el PR-M16, al que enseguida dejamos para continuar, en dirección norte hacia el Collado de los Pastores.

Continuamos siguiendo una senda apenas marcada por hitos que enseguida se interna en un frondoso pinar hasta alcanzar de nuevo la pista forestal, al pie de una caseta con antenas de los servicios de emergencias, y por la que seguimos unos 200 metros antes de alcanzar nuestro objetivo.

El collado de los Pastores es el punto más alto de la ruta de hoy, está situado a 1.748 metros, entre la Maliciosa Baja y el cerro de las Barreras, lo que le permite disfrutar de unas vistas excepcionales, prueba de ello son los 4 paneles informativos a los que han tenido que recurrir para describir todo su entorno.

Desde él, pudimos contemplar, la Bola del Mundo, la mencionada sierra de los Porrones, de donde venimos, la garganta por la que el Manzanares baja desde su cuna hasta el embalse de Santillana, formando el mayor conjunto de cascadas de Madrid; allende el río, la Cuerda Larga y la jungla granítica de la Pedriza, derramándose sobre la llanura en una catarata geológica, de pura roca; y, en las alturas, volando sin mover una pluma, como ángeles extasiados, los buitres leonados.

Tras dar cuenta de los bocadillos en este privilegiado mirador, continuamos unos 200 metros en dirección noreste hacia el Cerro de las Barreras, que con 1.772 metros de altura sería la mayor cota de la ruta y, por tanto, también con unas vistas que quitaban el hipo, accesibles después de una corta trepada. Hemos recorrido ya 7,6 Km.

Tras las múltiples fotos desde él, descendimos en dirección noreste, bordeando la cara sur de los dos cerros siguientes hasta alcanzar el Cerro Ortigoso, a 8,8 km del inicio, que es como un balcón entre el cielo níveo de las cumbres pedriceras y el infierno de la llanura.

Un balcón para solitarios, que se acercan como nosotros de buena mañana a la Pedriza a conocer las mocedades del Manzanares y escuchar el grito del agua recién nacida en los neveros de Cuerda Larga, despeñándose a sus pies.

Su prominente cima redondeada a 1.653 metros de altura no invita a ser conquistada, por lo que nos conformamos con las vistas desde su cerro anterior, que con 9 metros menos, tampoco son de desmerecer. Tras deleitarnos con ellas, buscamos una salida hacia el noreste, sorprendiéndonos que ésta resultase ser pasar bajo un túnel formado de manera natural por los enormes bloque graníticos.

Continuamos por un tenue sendero que se precipita hacia el este en busca de un muro de piedra que corre hacia el Collado Ortigoso. Sin cruzar el muro hasta alcanzar el collado, descendimos 200 metros en un kilómetro, en lo que eran ya 10 Km de recorrido desde el inicio. 

En su extensa pradera estuvimos buscando una fuente que viene dibujada en todos los mapas, pero que no fuimos capaces de encontrar.

Recuperado el sendero, tras volver a saltar el muro, tocaba otro descenso fulgurante, unos 180 metros en menos de un kilómetro entre pinos, con resbaladizo suelo debido a las hojas y piñas caídas.

Así hasta alcanzar el PR-M18, que a nuestra izquierda sube hacia los Chorros y a la derecha desciende paralela al río Manzanares, pasa junto a una fuentecilla, de la que apenas manaba un hilillo de agua, y busca la pista forestal, justo en la curva del puente del Francés.

Continuamos por la pista unos 400 metros, abandonándola a la izquierda por una senda que se acerca al río y conecta con la que desciende a la preciosa Charca Verde, donde daban ganas de quedarse hasta el atardecer, lo que sin duda harían las parejas que tomaban el sol junto a sus cristalinas aguas.

Pero como no podíamos quedarnos mucho tiempo en este paraíso, un oasis tras 12,6 Km de andadura, continuamos el descenso, tras convencer a una de nuestras mascotas para que cruzase el río, tras haberlo hecho antes por su cuenta.

Pegados a la orilla del río, en poco tiempo alcanzamos el Puente del Vivero, por el que cruzamos el Manzanares, al que acompañamos por su margen izquierda.

Al poco, pasando junto al puente Cola de Caballo, hasta alcanzar el Puente de las Ranas, por el que volvemos a cruzar el río, junto al segundo aparcamiento de la Pedriza.

En agradable paseo retornamos a Canto Cochino, inicio y final de nuestra bonita y exigente excursión, que se ha merecido 5 estrellas.
Paco Nieto

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