lunes, 30 de octubre de 2017

Excursión X118: Explorando el Laberinto de la Pedriza

FICHA TÉCNICA
Inicio: Canto Cochino
Final: Canto Cochino

Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 10 Km 
Desnivel [+]: 715 m 
Desnivel [--]: 715 m 
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas y agua:
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 8

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Las rutas de exploración siempre tienen un aliciente extra para mí, el que seguro era el que hacía que aventureros del pasado siglo se atrevieran a surcar valles y montañas desconocidas en busca de nuevos parajes o caminos. Si a esto unimos el hecho de que fuera La Pedriza y su complicado laberinto el terreno a investigar, el aliciente se transforma en euforia contenida por hacerlo cuanto antes.

Y para embarcarnos en esta nueva andanza propuesta por Paco Cantos, iniciamos la ruta bien temprano desde el aparcamiento de Cancho Cochino, cruzando el puente de madera sobre el río Manzanares, para a continuación remontar la ribera derecha del arroyo de la Dehesilla por la senda conocida como la Autopista, hasta alcanzar el Llano del Peluca.

Cruzamos el arroyo de la Dehesilla para dirigirnos hacia las proximidades de la fuente Pedro Acuña, ascendiendo a continuación hasta el Tolmo, bajo cuya sombra nos reagrupamos para ascender, desviándonos a la izquierda, hacia las Buitreras y buscar la puerta de entrada al Laberinto por una senda hasta no recorrida por nosotros, que entre arroyos secos, pinos y robles nos puso a los pies del Cancho Amarillo, enorme roca que señaliza la puerta de entrada a la aventura.

Haciendo caso a la experiencia de Paco Cantos y a los mapas y fotos que llevaba, ya que los track poco ayudan aquí, fuimos recorriendo el Laberinto de oeste a este, embelesados desde el mismo momento que, tras remontar unas rocas, contemplamos El Capuchino, el recoleto jardín del Centinela o las cuevas que entre grandes rocas, unas veces pasábamos por arriba y otras por abajo, sin senda alguna y guiándonos únicamente del guía, en un recorrido imposible de realizar dos veces seguidas por el mismo sitio.

Tras no pocas incertidumbres de si íbamos o no por el buen camino y algún que otro rodeo al mismo lugar, conseguimos llegar a las cercanías de un Vivac que Paco Cantos califica con cinco estrellas, por su buen acondicionamiento, al que por no faltarle de nada, tiene hasta tarima de madera.

En sus proximidades paramos a descansar y tomar un tentempié, con una impresionantes vistas del Collado de la Dehesilla y su entorno. Continuamos con La Loncha como enorme faro para guiarnos mientras dejábamos atrás el Pasadizo Granulado, El Botijo o El Puro Nervio.

Al acercarnos a La Loncha, giramos a la izquierda, para entre cuevas de difícil acceso y más de una complicada trepado, plantarnos bajo la pared que forma El Delirium Tremens y el Risco del Buitre, por los que seguimos hasta dar con la salida cerca del PR-M1 y muy próximos al Torro, cuya alargada figura se alzaba desafiante ante nosotros.

Pero como no habíamos tenido suficiente, bordeamos el Espolón Extrema Unción y las Cuatro Torres, en dirección oeste, para entrar de nuevo al Laberinto, con parada previa para comer y deleitarnos con las excepcionales vistas que se tienen desde un imponente mirador cercano a los Cuatro Cestos.

Por el pasadizo que en dirección sur baja de nuevo hacia las entrañas del Laberinto continuamos, descendiendo entre grandes roca, San Vito a la derecha y Puro Nervio a nuestra izquierda, hasta llegar a terreno ya pateado, regresando hacia el Capuchino, pero esta vez girando a la derecha para salir del Laberinto por Punta Carmen, bordeando la cara norte y oeste del Cancho Amarillo.

La alegría de haber conseguido el objetivo hubiese sido aún mayor si Carlos no se hubiese golpeado la espinilla, con lo que eso duele, haciéndose una buena brecha.


A la izquierda, mapa preparado por Paco Cantos con todos los caminos explorados del Laberinto (amarillo), pasadizos (rojo) y los pendientes de explorar (trazos azules), que promete nuevas aventuras por este singular y fantástico paraje, hasta conseguir conocerlo por completo, aunque esto sea una tarea casi imposible.

El regreso lo realizamos dejando la entrada del Laberinto a nuestra izquierda, descendiendo en dirección sur por Las Buitreras, siguiendo una senda bien marcada que nos llevó hasta el Arroyo de la Dehesilla, que cruzamos para buscar el GR-10, pasando de nuevo por el Tolmo, parando en la fuente Carmina a repostar agua y tomarnos un respiro, dirigiéndonos a continuación al Refugio Giner de los Ríos, que nunca he conseguido ver abierto, y descender hasta la orilla izquierda del arroyo de la Dehesilla, al que seguimos en dirección suroeste hasta Canto Cochino, principio y fin de nuestra excitante ruta.

Por todo ello, esta ruta se merece 5 estrellas.
Paco Nieto

VÍDEOS
Vídeo de José Luis Molero

FOTOS

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